Hace poco nos invitaron a una reunión en una terraza, preguntamos que teníamos que llevar y nos dijeron que solo guacamole y totopos. Fácil, ¿no?
Supongo que sabiendo que tengo dos niños no me podían pedir mucho más. Yo me fui aún más preparada así que me llevé las botellas de acero inoxidable de mis hijos, nuestros vasos plegables, y mis tuppers plegables.
Al llegar a la reunión casi me da un ataque al ver una pila de vasos y platos de plástico, obviamente le pregunté a mi amiga si no era posible cambiarlos por otros y me dijo que ella no tenía 50 platos y vasos de cristal. Le dije que hubiera podido pedirnos a todos que cada quién llevara su plato y su vaso y me miro con cara de ¿estás bromeando? Lo peor fue que se iban perdiendo los vasos y los platos porque tampoco sacó un marcador para que cada quién le pusiera su nombre y se les hacía fácil sacar una y otra vez un vaso de la bolsa.
Cuando decidimos crear Econsciencia, no estábamos seguros de querer ofrecer desechables, los que somos zero waste y queremos reducir residuos, intentamos no usarlos. Sin embargo, a veces no es tan fácil que las personas que aún no son conscientes de que la solución es la reducción de residuos cambien de un día a otro, utilicen otros productos, o vayan a todas las reuniones con su plato, así que, meditándolo mucho decidimos agregarlos.
Fuimos investigando y conocimos los diferentes productos biodegradables que actualmente se encuentran en el mercado. Fue así como nos encontramos con productos como el ácido poli-láctico (PLA, por sus siglas en inglés) el cual es un polímero biodegradable derivado del ácido láctico. Es un material altamente versátil, que se hace a partir de recursos renovables al 100%, como son el maíz, la remolacha, el trigo y otros productos ricos en almidón
Pero y ¿Cómo se hace el PLA?
Su proceso implica la extracción de los azucares (principalmente dextrosa, pero también de la glucosa y de la sacarosa) del almidón de la remolacha o del trigo y después fermentarlo con ácido láctico. El ácido láctico se convierte en el compuesto que se purifica y se polimeriza a ácido poliláctico sin la necesidad de solventes.
¿Qué ventaja tiene este material?
La ventaja es que, si se combina con basura orgánica y se envía a un sistema de composta, el biopolímero será degradado biológicamente por los microorganismos presentes y no se tiene el impacto ambiental dañino que tienen los plásticos convencionales.
Otra ventaja es que, al ser resistente, lo puedes lavar y utilizar varias veces antes de tirarlo.
¿Es posible vivir sin desechables?
Sí, pensamos que la solución es reducir, pero si la gente va a usar desechables si o si, porque no tienen otra opción, preferimos que utilicen unos que no encontremos en el mar después de 100 años.
La solución es siempre la misma: Minimizar los residuos al máximo. Para ello seguir siempre las famosas R: reducir, reutilizar, reciclar y desviar a compost (cuando se te permita).
Cecilia.