Insectos y larvas: nuestro futuro hacia la obtención de la proteína
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Pregunta ¿Cuánto es 2 + 2? ¿De qué color es el cielo? Seguramente no tardaste más de un segundo en contestarme y lo hiciste con tanta seguridad que si te escuchara yo no podría dudar de tu palabra. Ahora te haré otra ¿Qué crees que contamina más, un automóvil o el que tú puedas consumir carne? ¿Por qué? ¿Lo sabes? ¿No lo sabes? No importa, si tienes una idea o no la tienes en absoluto, para eso estamos, el día de hoy te voy a explicar lo que siempre supieron Timón y Pumba, para así basar su dieta en insectos.
Para producir un kilo de carne del sector vacuno es necesario gastar 16,0000 litros de agua, además que contribuye 10 veces más a su contaminación en comparación con la contaminación del hombre y 3 veces más que la contaminación de la industria del aceite, carbón, acero y manufactura combinada. Sus principales agentes contaminantes son los desechos animales, antibióticos, hormonas, productos utilizados para teñir pieles, fertilizantes y pesticidas.
Hoy en día, el ganado constituye un 20% del total de la biomasa animal terrestre, lo que hoy está destinado a estas actividades antes solía ser el hábitat de especies silvestres.
Según informa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las actividades humanas asociadas con el sector ganadero son responsables del 9% del CO2, pero en lo que respecta a otros gases de efecto invernadero más perjudiciales, su impacto es mucho más elevado. De óxido nitroso (que proviene del estiércol) se genera 65%; 37% de metano (originado en el sistema digestivo de los animales) y 64% de amoniaco (el cual contribuye a la lluvia ácida y acidificación de los ecosistemas). En este mismo informe se explica también que el 70% de los bosques desaparecidos en el Amazonas se dedicaron para el ganado, o sea, muchísima deforestación.
En base a diferentes estudios e informes, se sabe que para producir 1 kg de carne de vaca se emiten 27 kg de CO2, esto sin contar los efectos perjudiciales por la eliminación de árboles para el espacio del pasto.
Comer carne dos veces a la semana equivale en emisiones de CO2 a recorrer 270 km en un coche diésel mediano, empero, como ya se dijo es el gas que menos genera y tampoco es la única carne que consumimos. Los otros tipos de carne tendrían las siguientes equivalencias:
1 kg de carne de cordero = 392 km recorridos.
1 kg de carne de cerdo = 121 km recorridos.
1 kg de carne de pavo = 109 km recorridos.
1 kg de carne de pollo = 69 km recorridos.
Sin olvidar que la carne no es la única que produce CO2, porque el pescado (en especial atún y salmón) también produce muchas emisiones.
Entonces sí, si tu respuesta fue que el que tú consumas carne, es lo que contamina más, estás en lo correcto; el sector ganadero genera un 18% más de CO2 que el sector del transporte. Por supuesto, de 10 años para acá se han empezado a tomar medidas para este grupo, pero como siempre no es cuestión de solo dejarle la responsabilidad a las grandes corporaciones.
La misma FAO propone que nos vayamos acostumbrando a comer insectos y larvas, sustituyendo así las aves, cerdos y vacas para cubrir la necesidad de proteína en nuestro organismo. Pero sabemos que esto sería un cambio demasiado radical y difícil, por lo que hacer un consumo racional es por ahora nuestra mejor opción, al ser consciente de todos estos datos, estamos obligados a transformar nuestros hábitos.
Así incluyendo esta información a nuestro reto Julio sin plástico, aumentando a nuestros tres pasos de la semana pasada, reduciremos nuestro consumo de carne de vaca a la mitad de lo que normalmente acostumbramos, sustituyéndola por otro tipo de proteína que tenga menos carga de gases contaminantes.
Claro que si tú quieres irte de una vez por los insectos, no te cohíbo, adelante.