¿Si te preguntaran qué es la ecología, realmente sabrías su significado?
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Como bien anticipa nuestro título, el día de hoy profundizaremos en qué es la ecología, porque no es de relevancia que muchas veces escuchamos términos y conforme al contexto en el que se aplicaron es que nos damos una idea de lo que se habla, pero jamás profundizamos, y aunque se convierten en palabras comunes dentro de nuestro lenguaje, podemos no comprender su dimensión. Por esta razón hoy indagaremos en este tema en el que nuestra página se centra.
La palabra ecología viene de dos vocablos griegos: “oikos”, que significa casa, y “logos”, que refiere a un tratado o estudio; lo que significa que su definición etimológica sería: el estudio del lugar donde se habita.
Se cree que el filósofo griego Aristóteles fue el primero en intentar darle explicación a un fenómeno ecológico mediante la relación existente entre los organismos con su medio y no a un origen sobrenatural, puesto que en su escrito “Historia de los Animales” exponían su teoría acerca de la plaga del ratón de campo, donde manifestó que esta se debía a su alta tasa de natalidad, lo cual acarreaba como consecuencia que hubieran más ratones de los que podían eliminar sus depredadores naturales, señaló que lo único que podría acabar con esa plaga serían las fuertes precipitaciones.
Y aunque, así como Aristóteles, a lo largo de la historia, hubo muchos personajes que hablaban o exponían teorías de este tema, el término “ecología” fue empleado por primera vez en 1869 por un biólogo alemán llamado Ernst Haeckel, quién lo conceptualizó como “todas las relaciones de los animales con su ambiente, tanto orgánico como inorgánico”.
En la actualidad se define como “la ciencia encargada de estudiar las relaciones que se establecen entre los seres vivos y su ambiente”, pero ahora ¿qué es el ambiente?, este es el conjunto de componentes físicos, químicos y biológicos que rodean al ser vivo, con los cuales mantiene constantes relaciones; es una unidad, sus elementos están tan relacionados que sería imposible eliminar a uno sin que afectara al conjunto; basado en esta visión su división en unidades son las de ciertos tipos de grupos: las poblaciones (habitantes de un espacio determinado), las comunidades (conjunto de poblaciones de diferentes especies que comparten un lugar común), los ecosistemas (conjunto de comunidades que interactúan entre ellas y con su ambiente abiótico) y la biosfera (suma de todos los ecosistemas existentes en el planeta Tierra.
Para estudiar el ambiente (estructura y funcionamiento), los científicos suelen dividirlo de dos maneras:
El medio abiótico o físico que refiere a los componentes fisicoquímicos inanimados o sin vida con influencia en los seres vivos, por ejemplo: presión atmosférica, lluvia, aire, minerales, salinidad, suelo, etcétera.
El medio biótico u orgánico que es aquel en el que se integran todos los seres vivos, o sea, microorganismos, hongos, plantas y animales.
Toda interacción entre estos medios, necesitan ser entendidos en toda dimensión, así que por supuesto, nuestra ciencia necesita ayuda de otras que mediante sus múltiples enfoques le aportan, las principales con las que entabla una relación muy estrecha son: biología, matemáticas, física, química, sociología, economía, geografía y política.
Esta información es de vital importancia y aunque muchas veces solemos revisar este tipo de contenidos en la escuela, es una minoría la que llega a entender su utilidad, ya que su objetivo primordial es crear la conciencia de la que tanto hablamos, aclarando conceptos para impulsar el desarrollo de habilidades y actitudes que tiendan a la comprensión y apreciación de estas conexiones de las que somos parte, porque como expusimos al principio somos parte de la biosfera y no somos el único elemento; donde sin duda sí somos los únicos, es en el sector que favorece su destrucción, porque no somos capaces de vernos como un todo, quisiéramos entendernos siempre como seres individuales y sí, nuestra existencia es auténtica e irrepetible pero ni aún en la más profunda soledad estamos solos, debemos desarrollar ese nivel máximo de amor donde la imposición sin cabida al entendimiento no es primordial y solo se desea el bien supremo para el otro, apliquemos esto en todas nuestras relaciones y estoy segura que no solo lograremos entender la importancia de preocuparnos por nuestra casa, si no que cada aspecto de la vida la voltearemos a ver con la delicadeza y profundidad que merece.
Basado en:
Vázquez Conde, R. (2015). Ecología y medio ambiente (2a. ed.). México D.F, Mexico: Grupo Editorial Patria. Recuperado de https://elibro-net.eu1.proxy.openathens.net/es/ereader/anahuac/39485?page=37.