Slow flower: El movimiento de las flores cortadas de manera sostenible
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El movimiento Slow flower promueve flores cortadas de manera sostenible, regionales y de temporada. Al hacerlo, establece un ejemplo contra los bienes importados y producidos en masa. Aquí te explicamos qué es.
El movimiento Slow flower está comprometido con la sostenibilidad y la equidad.
Estacionalidad, regionalidad, sostenibilidad: son los principios del movimiento Slow flower. El movimiento está comprometido en cortar las flores plantadas localmente y dentro de su temporada natural, se cultivan a partir de semillas orgánicas y sin el uso de pesticidas. De esta manera, el movimiento Slow flower está luchando contra el negocio de los mil millones de dólares con flores cortadas como bienes importados y producidos en masa.
El origen del movimiento Slow flower nació en los Estados Unidos. Desafortunadamente aún no está muy expandido en Latinoamérica.
El objetivo del Slow flower es llamar la atención sobre los problemas del cultivo convencional de flores cortadas y, al mismo tiempo, mostrar la industria de flores producidas "lentamente" y la floristería como alternativa. Para los miembros, el movimiento Slow flower es también una comunidad en la que se pueden intercambiar y apoyarse mutuamente. Debido al pequeño tamaño de sus campos cultivados, los agricultores de flores crecidas lentamente a menudo no tienen derecho a subsidios agrícolas convencionales.
¿Qué compone el movimiento Slow flower?
Dado que no hay obligación para las flores de etiquetar su origen, los miembros del movimiento Slow flower quieren garantizar la transparencia y crear confianza. Por lo tanto, alinean su trabajo con los siguientes criterios autoimpuestos:
Si es posible, utilizan semillas orgánicas y prescinden completamente de plantas modificadas genéticamente.
Ni los pesticidas ni los fertilizantes sintéticos llegan a sus flores: la fertilización se lleva a cabo exclusivamente con material orgánico.
Además, evitan el desperdicio tanto como sea posible: Esto significa que intentan prescindir lo más posible del plástico desechable y tratan de operar de forma circular.
Los agricultores de flores cultivadas lentamente suelen cultivar pequeños campos de flores al ritmo de la naturaleza. Esto significa que la flor favorita de todos, la rosa, no está disponible durante todo el año. Pero en cambio, el medio ambiente y la vida silvestre se benefician de los principios de la flor cultivada lentamente a favor de la estacionalidad, regionalidad y sostenibilidad: al prescindir de pesticidas y fertilizantes químico-sintéticos, los miembros de la flor cultivada lentamente protegen el suelo. De esta manera, crean un hábitat seguro para insectos y aves y así protegen la biodiversidad local.
El mercado floral es un mercado que no es siempre es del todo sostenible.
Se usan pesticidas y venenos: Para satisfacer la creciente demanda de flores, necesitan crecer más rápido y estar protegidas de la podredumbre durante su transporte. Es por eso qué se utilizan productos fitosanitarios que no solo son dañinos para el medio ambiente, sino también para los trabajadores en los campos y los floristas.
Mala huella hídrica: Antes de que podamos poner las flores en nuestro jarrón, debemos saber que consumen mucha agua sobre todo en el proceso de crecimiento.
Explotación: Los trabajadores de las flores manejan productos químicos tóxicos bajo precauciones de seguridad inadecuadas y no son bien remunerados.
El mercado global de productos florales convencionales es enorme, multimillonario y opaco.
En comparación, el movimiento de la flor cultivada lentamente sigue siendo muy pequeño.