Imagínate esta escena: un gran pacto mundial, todos los países (bueno, casi todos) unidos, abrazándose simbólicamente mientras prometen salvar al planeta. Ahora, imagínate que uno de los más grandotes del grupo, Estados Unidos, decide decir "¿Saben qué? Mejor me voy". ¡Pues eso es lo que pasó con el Acuerdo de París!
Primero, un poco de contexto: el Acuerdo de París es como un club exclusivo (pero amigable) creado en 2015 para combatir el cambio climático. Los miembros se comprometen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados Celsius (idealmente 1.5), y, en general, asegurarse de que el planeta no termine pareciendo una tostadora gigante. Cada país define sus propias metas, lo que suena justo, ¿no?
Ahora bien, Estados Unidos, siendo uno de los mayores emisores de carbono, jugó un papel importante al firmar este acuerdo. Pero, en 2020, decidió salirse. ¿Por qué? Las razones oficiales giraron en torno a "costos" y "soberanía" (básicamente, no quería que nadie le dijera qué hacer). Y eso dejó a muchos con la ceja levantada y una pregunta: ¿Y ahora qué?
Lo que podría suceder ahora es digno de un drama con giros inesperados. Sin la participación de EE.UU., el Acuerdo de París pierde a uno de sus jugadores más importantes. Esto podría desmotivar a otros países a cumplir sus metas. Es como si el capitán de un equipo de fútbol dejara el partido a la mitad; el resto podría seguir jugando, pero no con el mismo entusiasmo.
Y el impacto no solo es diplomático, también es ambiental. Estados Unidos es responsable de alrededor del 15% de las emisiones globales de carbono. Su retiro podría significar un aumento en las emisiones si no hay una política climática fuerte dentro del país. Esto, a su vez, podría acelerar problemas como sequías, huracanes más intensos, y, bueno, que el hielo en los polos decida decir "adiosito" más rápido de lo esperado.
Pero no todo está perdido. Muchos estados, ciudades y empresas dentro de EE.UU. han dicho "No, gracias" al retroceso y están implementando sus propias estrategias para cumplir con las metas del Acuerdo de París, incluso sin el respaldo federal. Es como cuando el baterista deja una banda, pero el guitarrista y el cantante deciden seguir con la gira.
Mientras tanto, el resto del mundo también tiene un papel crucial. Si los demás países mantienen sus compromisos, pueden demostrar que la lucha climática sigue siendo viable, incluso sin el apoyo del tío Sam.
Fotografía de Yasin Ozturk, Anadolu Agency/Getty Images