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Los fuegos artificiales contaminan
Al menos 43,000 toneladas de fuegos artificiales se utilizan durante el mes de diciembre en la víspera de Año Nuevo y lo peor de todo es que vuelven a la tierra como basura. Y si estos residuos terminan en la naturaleza, las sustancias que contienen pueden poner en peligro los ecosistemas. Según la Agencia Federal de Medio Ambiente, 2.050 toneladas de material particulado también se liberan por año por la quema de fuegos artificiales. El mal aire es una carga enorme, especialmente para las personas con enfermedades respiratorias crónicas y puede, por ejemplo, desencadenar ataques de asma. Sin contar que el aire de ciudades como la CDMX está ya muy contaminado, así que estamos poniendo en peligro la salud de todos sus habitantes.
Aún si los fuegos artificiales solo consisten en aproximadamente un 10 por ciento de plásticos, esto no hace que los desechos sean menos cuestionables. Además de que sabemos que en México mucho de los residuos plásticos no se reciclan y terminan en vertederos o en el mar.
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Los fuegos artificiales dañan a los animales domésticos y salvajes
La explosión de fuegos artificiales puede asustar a las mascotas. En una encuesta realizada, el 40 por ciento de todos los dueños de perros confirmaron esto. Pero no solo los animales domesticados sufren los cuetes y fuegos artificiales: las imágenes de radar de cerca de una ciudad en los Países Bajos, por ejemplo, han demostrado que en la víspera de Año Nuevo a partir de la medianoche, los enjambres se elevan repentinamente a una altitud de hasta 1.000 metros para escapar del ruido, lo que les cuesta a los animales mucha energía, especialmente en invierno. Además, el sonido perturba su orientación, por lo que un número desconocido de aves mueren en las líneas eléctricas y otros obstáculos.
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Los fuegos artificiales dañan a las personas
"En ningún otro día del año tantas personas se lesionan las manos como en las fiestas decembrinas". Las lesiones más comunes incluyen quemaduras, lesiones oculares e intoxicación por alcohol,. Por cierto, el 60 por ciento de los heridos no fueron el origen, sino que son solo transeúntes y espectadores.
La prohibición de los fuegos artificiales golpea duramente a la industria, pero también tiene sentido: al romper con las tradiciones de fin de año, menos personas resultan heridas, menos animales se asustan y el medio ambiente se salva de la contaminación. Podemos pensar en maneras diferentes de celebrar que sean evitando el uso de fuegos artificiales.
