En febrero, se celebra el Día Nacional de Prevención de Desperdicios de Alimentos, para hacer que las personas piensen en lo que es un gran problema económico, social y ecológico a nivel mundial.
Según los datos de la FAO, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo terminan en la basura. Traducido a cifras, estamos hablando de más de 1.300 millones de toneladas de alimentos que aún se pueden consumir, que podrían alimentar a unos 2.000 millones de personas durante todo un año.
Según un reporte del Banco Mundial, en México se desperdician 20.4 millones de toneladas de comida cada año, lo que representa el 34.57% de los alimentos producidos en el país. En un país con 53.4 millones de persona en pobreza, qué ironía ¿no?
Por eso que pensamos en difundir una guía de 6 pasos para evitar el desperdicio de alimentos.
¿Puedes ayudarnos a difundirlo?
Te pueden parecer consejos triviales, pero dadas las proporciones del problema, ¡tal vez no sean tan obvias!
Cuando compremos un producto, prestemos atención a la fecha de caducidad y al período mínimo de almacenamiento. A menudo, estos términos son confusos, pero no son lo mismo: la fecha que indica el período mínimo de retención no es obligatoria. Si el producto se almacena correctamente, se puede consumir después de esa fecha. La fecha de caducidad, por otro lado, es obligatoria. Más allá de ese límite, el producto no se puede consumir ni vender.
Cuando preparamos una comida, demos prioridad a los productos con una fecha de vencimiento cercana. Sigamos las instrucciones de almacenamiento en la etiqueta: para cada producto hay una forma correcta de mantenerlo para que no se enmohezca o deteriore antes de la fecha de vencimiento. Siguiendo este mismo criterio, es importante respetar la disposición correcta en el refrigerador para cada tipo de alimento: el estante más frío es el que está encima de los cajones, donde se debe almacenar el pescado, la carne y los quesos, envuelto en envolturas protectoras (las telas enceradas son las mejores). Dentro de los cajones, se deben mantener las frutas y verduras crudas sin lavar, para evitar que desarrollen humedad y, por lo tanto, que puedan enmohecerse. Además, nunca debe poner alimentos que aún estén calientes o tibios en el refrigerador, ya que podrían elevar la temperatura y, por lo tanto, dañar otros alimentos.
Cuando estamos en un restaurante, si nos sobra comida, pedimos que nos lo pongan para llevar, para que podamos reciclar las sobras en el día siguiente y evitar que se tiren. Lo mejor es llevar siempre nuestro tupper plegable en caso de que nos sobre comida.
Antes de ir de compras, verifica qué hay o qué falta en la despensa.
Haz una lista de compras para comprar solo lo que necesitas, este hábito simple también puede ayudarnos a no ceder ante la tentación del marketing de los supermercados.
Cuando cocinamos, seguimos las dosis indicadas en la etiqueta, y si nos sobra comida, recíclala para el día siguiente o guárdala en el congelador.